La primera vez que sostienes a tu recién nacido para amamantarlo puede ser una mezcla de emociones. Su delicado tamaño, sumado a la responsabilidad de colocarlo correctamente para alimentarlo, puede resultar abrumador. Tuvimos el privilegio de hablar con Sam Cannizzaro, enfermera experimentada de la UCIN, educadora, IBCLC y futura mamá. Sam, la fuerza impulsora de Baby Body Soul , se dedica fervientemente a apoyar a las mujeres en su transición a la maternidad.
Un error común entre muchas madres primerizas es creer que simplemente alinear la boca del bebé con el pezón garantiza una lactancia exitosa. Sin embargo, como comenta Sam, al principio hay que esforzarse un poco más antes de que se convierta en algo natural.
Mantener una alineación corporal adecuada
Volver a los principios básicos de la lactancia materna es fundamental para lograr el éxito. Asegurarse de que la cabeza, el cuello y el torso estén alineados es fundamental. Esta alineación facilita la deglución y minimiza el riesgo de atragantamiento. Imagínate bebiendo un vaso de agua, ¿lo harías con la cabeza ladeada? Además, un cuello ligeramente alargado, que recuerda a nuestra inclinación instintiva de la cabeza al beber, asegura que la barbilla del bebé esté firmemente en contacto con el pecho, lo que facilita un agarre más profundo. Esta posición también facilita la respiración del bebé al amamantar, ya que hay más espacio entre el pecho y la nariz.
La posición de las manos al sostener a tu bebé durante la lactancia es fundamental. Coloca la palma de la mano entre los omóplatos de tu bebé, asegurándote de que el pulgar y el índice/medio no estén demasiado altos ni bajos respecto a sus orejas, en lugar de forzar su cabeza hacia el pecho. Esta postura proporciona estabilidad y garantiza un agarre sin presión. Si te preocupa que la cabeza se incline en esta posición, puedes inclinarte suavemente hacia atrás y dejar que la gravedad ayude a sostener el peso de la cabeza de tu bebé.
Alineándose para el éxito
Sam explica cómo empezar a guiar el pezón hacia la nariz del bebé. Este método está estrechamente vinculado con el arte natural de la lactancia. Al hacerlo, mientras el bebé abre la boca con fuerza, similar a un bostezo, ocupará una porción generosa de la areola, especialmente debajo del pezón. Esta posición empuja suavemente al bebé a inclinar la cabeza hacia atrás, lo que facilita una apertura amplia de la boca y un agarre profundo y sin dolor.
Un agarre profundo es la clave para una alimentación eficaz y una mínima sensibilidad en el pezón. Idealmente, debería verse un poco de la parte superior de la areola cuando el bebé esté prendido, lo que indica que ha absorbido una buena parte del pecho. Tenga en cuenta que la cantidad de areola visible puede variar según nuestras formas únicas. Como bien señala Sam, «un agarre simétrico alrededor del pezón no siempre es una buena señal y, en ocasiones, puede ser perjudicial y causar molestias».
Abordar el dolor durante la lactancia
Un mito muy extendido es que la lactancia materna es inherentemente dolorosa, sobre todo al principio. Sam aconseja: «Es natural que la lactancia materna sea un poco sensible al principio. Sin embargo, si la molestia persiste más de 30 segundos, es posible que el agarre no sea lo suficientemente profundo. En esos casos, es fundamental soltar el pezón e intentarlo de nuevo». Cuando el bebé no se prende profundamente, el pezón puede quedar comprimido en su boca contra el paladar duro, lo que puede causar dolor y deformidades en los pezones. Cuando el bebé ha introducido más tejido mamario en la boca, el pezón queda más atrás y no está comprimido de la misma manera, lo que resulta en una lactancia sin dolor. Con el tiempo y el crecimiento del bebé, notará que alimentarlo se vuelve cada vez más fácil a medida que estas actividades se convierten en algo natural.
¿Dónde puedo encontrar apoyo y ayuda con la lactancia materna?
Los consultores de lactancia de Australia y Nueva Zelanda pueden ayudarle a encontrar un consultor de lactancia cerca de usted.
Pídele a tu médico de cabecera, matrona, obstetra o profesional de la salud que te ponga en contacto con un asesor de lactancia local. La Asociación Australiana de Lactancia Materna ofrece numerosos recursos, como una línea de ayuda 24 horas para nuevas mamás, talleres presenciales y clases en línea.
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