La mayoría de nosotras tenemos una visión de cómo nos gustaría que fuera nuestra experiencia de parto y dedicamos mucho tiempo a planificarla. Pero el parto puede ser impredecible, y cuando las cosas no salen según lo planeado, no son los planes en sí los responsables. De hecho, estos cambios inesperados a veces pueden provocar una experiencia de parto traumática y tener un impacto significativo en el posparto.
Hablar sobre el trauma del parto es crucial porque valida las experiencias de quienes lo están pasando mal y les ayuda a comprender que no están solas. Tenemos la suerte de contar con Jess para compartir sus conocimientos y experiencia sobre el trauma del parto, con la esperanza de ayudar a algunas de nuestras mamás. Jess es partera, consultora de lactancia y consejera especializada en trauma del parto. Su amplia experiencia y su enfoque compasivo la convierten en un recurso invaluable para quienes atraviesan las complejas consecuencias de un parto traumático.
¿Qué es el trauma del nacimiento?
El trauma es subjetivo, lo que significa que lo que una persona considera traumático, otra podría no considerarlo. El trauma del nacimiento se refiere a un evento angustiante durante el embarazo, el parto o el posparto. Jess explica que algunas personas pueden minimizar sus experiencias, pensando: "No fue tan malo como podría haber sido" o "Otras lo pasaron peor". Sin embargo, si te sientes incómoda con tu experiencia o experimentas síntomas como flashbacks, pesadillas, ansiedad, ira, culpa o tristeza, es importante reconocer que hay apoyo disponible.
¿Qué puede contribuir al trauma del nacimiento?
Una de cada tres mujeres en Australia describe su parto como traumático. Muchos factores pueden contribuir al trauma del parto, y estudios recientes destacan que uno de los principales es el trato recibido por parte de los profesionales de la salud. Jess afirma: «No siempre se trata de emergencias o resultados inesperados; a veces, se trata de cómo alguien te hizo sentir. ¿Te sentiste escuchada, considerada y reconocida?». Estar informada antes del parto es un paso importante para ayudarte a sentirte empoderada para defender tus deseos y defender tus derechos.
El trauma del nacimiento puede afectar la lactancia materna de varias maneras, tanto física como emocionalmente:
- Desafíos físicos : Las lesiones derivadas de un parto traumático, como desgarros perineales graves o heridas de cesárea, pueden causar dolor, lo que dificulta encontrar una posición cómoda para amamantar. Los bebés que sufren traumas durante el parto también pueden tener dificultades para agarrarse al pecho o alimentarse eficazmente. El contacto piel con piel puede facilitar el vínculo afectivo y el inicio de la lactancia. Si siente dolor físico, un manejo adecuado del dolor y la ayuda para encontrar posiciones cómodas para amamantar pueden ser útiles.
- Impacto emocional y psicológico : El trauma del parto puede provocar estrés, ansiedad, depresión posparto y TEPT. Estos desafíos emocionales pueden interferir con la producción de leche, ya que los altos niveles de estrés pueden afectar la hormona oxitocina, responsable de la producción de leche.
- Apoyo y confianza : Sentirse sin apoyo o incomprendida después de un parto traumático puede minar la confianza de la madre en la lactancia. El trauma puede generar inseguridad y sentimientos de incompetencia, lo que dificulta el inicio de la lactancia y el vínculo con el bebé. Busca ayuda en tu círculo de apoyo para dormir más, ya que esto es crucial para la recuperación y la sanación.
- Separación : Las razones médicas posteriores a un parto traumático pueden provocar la separación de la madre y el bebé, retrasando la primera sesión de lactancia, lo que puede afectar el éxito de la lactancia. Es importante recordar que ... La experiencia podría afectar tu deseo de amamantar, pero puedes intentar prepararte para el éxito antes de dar a luz. La extracción prenatal de calostro puede servir como un "seguro" en caso de separación de tu bebé. Almacenar el calostro en jeringas antes del parto puede ser útil. Después del parto, la extracción de leche puede estimular tus pechos y ayudar a aumentar la producción si la alimentación directa no es posible inicialmente.
Recordar
Cualquier trauma, ya sea grande o pequeño, es válido. La mayoría de las mujeres pueden sentir la lactancia materna abrumadora, especialmente después de un parto traumático, por lo que buscar ayuda temprana puede mejorar enormemente su experiencia con la lactancia. Busque apoyo de parteras y asesoras de lactancia, aunque solo sea para asegurarse de que lo está haciendo todo bien.
Si te sientes incómoda con cualquier aspecto de tu embarazo, parto o posparto, busca ayuda. Si han pasado al menos seis semanas desde el evento traumático y te sientes preparada, puedes reservar una sesión de Terapia de Resolución del Trauma del Nacimiento.