Hay tantas cosas que aprender sobre la lactancia materna que a veces puede resultar abrumador. Una de las muchas preguntas que pueden tener las mamás es sobre la capacidad de almacenamiento de leche materna.
Hablamos con Ashleigh Foy , IBCLC, partera, enfermera titulada y consejera de lactancia materna ABA para comprender qué es la capacidad de almacenamiento, por qué es importante y cómo afecta a la lactancia materna. La capacidad de producir leche materna es muy particular de cada madre. Cada pecho es diferente y su capacidad de producción puede variar según su capacidad de almacenamiento. Por eso, comprenderla puede ayudar a personalizar una experiencia de lactancia materna exitosa para ti y tu bebé.
¿Cuál es la capacidad de almacenamiento de la leche materna?
La capacidad de almacenamiento de leche materna es la cantidad de leche disponible en los senos cuando están llenos. Contrariamente a la creencia popular, esta capacidad no depende del tamaño de los senos, sino del espacio disponible en el tejido glandular secretor de leche.
Es imposible estimar la capacidad de almacenamiento de leche materna según el tamaño de los senos. Cada madre tiene una cantidad única de tejido graso y glándulas secretoras de leche. Los estudios muestran una variabilidad significativa: algunas madres tienen tan solo tres lobulillos o conductos lácteos y otras hasta quince.
¿Cómo afecta la capacidad de almacenamiento a los patrones de lactancia materna?
Un ejemplo que Ashleigh utiliza para explicar la capacidad de almacenamiento de la leche materna es el siguiente: Dos madres tienen bebés de la misma edad con una producción de leche establecida. Una madre puede almacenar 75 ml de leche por pecho, mientras que la otra puede almacenar 150 ml. Ambos bebés consumen aproximadamente 750 ml de leche al día. La madre con menor capacidad de almacenamiento necesitará amamantar con más frecuencia para satisfacer las necesidades de su bebé, mientras que la madre con mayor capacidad puede amamantar con menos frecuencia.
Ambos bebés reciben la leche necesaria para su crecimiento y desarrollo, pero sus patrones de alimentación difieren. Pueden surgir problemas cuando las madres reciben consejos generalizados, como amamantar ocho veces en 24 horas o seguir rutinas específicas de alimentación y sueño que no tienen en cuenta estas diferencias. Una madre con menor capacidad que siga estos consejos puede acabar con un bebé hambriento y una menor producción de leche porque los pechos no se vacían con la frecuencia suficiente para estimular la producción.
Las madres con mayor capacidad de almacenamiento tienen mayor flexibilidad en sus horarios de alimentación, mientras que las que tienen menor capacidad necesitan amamantar con mayor frecuencia para evitar la saciedad mamaria y mantener la producción de leche. Normalmente, los bebés se alimentan de 8 a 12 veces en 24 horas, y la extracción frecuente de leche durante las primeras semanas es esencial para mantener la producción de leche a largo plazo. Ashleigh comparte:
“El mejor consejo que puede seguir una nueva madre es responder a las señales de alimentación de su bebé”.
¿Puede aumentar la capacidad de almacenamiento?
Si bien no es posible aumentar significativamente la capacidad de almacenamiento, esto no afecta la producción total de leche. Se sugiere que la capacidad de almacenamiento puede aumentar en embarazos posteriores a medida que se desarrolla más tejido glandular. Es importante recordar que la capacidad de almacenamiento de leche no afecta la capacidad de amamantar con éxito; solo influye en la frecuencia con la que el bebé necesitará o querrá alimentarse.
Comprender y adaptarse a la capacidad de almacenamiento
Dado que la capacidad de almacenamiento de leche varía, se enfatiza la importancia de un cuidado personalizado y de comprender las necesidades de tu bebé. Confiar en la capacidad de tu cuerpo para nutrirlo y buscar apoyo cuando lo necesites es esencial para una lactancia exitosa. Independientemente de si tu capacidad de almacenamiento es alta o baja, con el enfoque adecuado, puedes asegurarte de que las necesidades de tu bebé estén cubiertas.
Al comprender y adaptarse a su capacidad de almacenamiento de leche materna, puede crear un patrón de alimentación que funcione mejor para usted y su bebé. Ashleigh señala que monitorear las señales de hambre de su bebé, alimentarlo a demanda y estar al tanto de la cantidad de pañales que usa (asegurarse de que haya muchos pañales mojados y sucios) son indicadores clave de una relación de lactancia materna saludable. Si tiene alguna inquietud sobre la producción de leche, la asistencia profesional puede brindarle soluciones personalizadas y basadas en la evidencia.
La capacidad de almacenamiento de leche materna resalta la singularidad de la experiencia de lactancia de cada madre. Comprender y adaptarse a su propia capacidad puede ayudarle a crear un patrón de alimentación que garantice el crecimiento y desarrollo de su bebé. Confíe en la capacidad de su cuerpo para nutrir a su bebé y busque apoyo cuando lo necesite. Con el enfoque adecuado, podrá disfrutar de una lactancia exitosa y plena.
Al reconocer y responder a las necesidades de su bebé, puede adaptar una rutina de lactancia que funcione para ambos, asegurando que su bebé crezca bien.
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